Una de las primeras cosas a tener en cuenta a la hora de elegir la decoración de en nuestra vivienda, es el uso de las cortinas y el material con el cual estén hechas, ya que, una mala elección, puede mandar al traste hasta la mejor idea de decoración.
Lo más común para nuestros días es llegarse a una tienda para comprar la cortina que deseemos o que mejor convine. La crisis ayuda a agudizar el ingenio, por lo que, una buena alternativa es que nosotros hagamos nuestra propia cortina con lo que, aparte de estar más adaptada al entorno final donde se ubicará, el costo se reducirá de sobremanes.
Lejos del marco meramente estético, el material con el que estén hechas las cortinas debería ser elegido según la cantidad de luz que queramos tener en el interior de la vivienda, ya que, salvo aquellas telas muy rígidas, todas son candidatas a acabar como cortinas.
En este aspecto, los materiales más densos y de fibrado más compacto, como el terciopelo, la pana o el brocado, se deberían usar en aquellos casos donde se pretenda obtener una oscuridad casi total.
Si, por el contrario, nuestra intención es solo dejar la habitación en penumbra o simplemente proteger nuestra intimidad, deberíamos decantarnos por materiales tales como el algodón, el lino o la gas, materiales muy ligeros y de fácil manipulación.
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